Las hermanas calabaza

Érase una vez, un par de hermanas calabazas que vivían en el campo, entre otras muchas calabazas cultivadas por el señor campesino. Las dos eran las más pequeñas de todas las calabazas del huerto.

Por esa razón, un día cercano a Halloween, el señor campesino las recogió y las hizo a un lado, diciendo: ‘Valla calabazas más chicas, no me servirán para esta cosecha’.

Las hermanas no podían creer que la estuvieran separando del resto de calabazas, y menos con ese gesto tan cruel... Esa noche comenzó a llover tan fuerte que el ambiente se puso un poco tenebroso.

Había truenos y relámpagos por todos lados, y de tanto enojo y tristeza que tenían las dos calabazas, cambiaron su aspecto y, en el lugar de su tierna carita, aparecieron cicatrices y su sonrisa se transformó en una mueca terrorífica.

A partir de ese día, las hermanas calabazas decidieron aparecerse todas las noches de Halloween para asustar al campesino mientras revisaba la cosecha.

Después de un tiempo, el campesino se dio cuenta de lo que pasaba y fue ahí cuando entendió con tristeza que no debió haber tratado así a ese pequeño par de calabazas.

Ya que, aunque fueran más pequeñas, igual merecían el mismo trato que las demás calabazas. Pero fue demasiado tarde. Hoy las hermanas calabaza todavía andan sueltas...

Si algún día las ves, avisa a tus papás para atraparlas, tal vez, si vuelven con sus hermanas calabazas vuelvan a ser dulces y buenas. Ah, y procura no cometer el mismo error que el campesino juzgando a alguien por su apariencia...