Caperucita roja
Antes de partir, la madre le dijo que tuviera mucho cuidado por el bosque y no se entretuviese ya que se encontraba el temible lobo feroz. Un rato después de estar caminando, Caperucita se encontró con el lobo, el cual le preguntó a caperucita dónde iba.
Caperucita le dijo que iba a llevar la cesta a casa de su abuela. En ese momento, el lobo le retó a hacer una carrera por dos caminos distintos. El tomaría el camino más largo y le dejaría a ella el más corto para darle ventaja.
Caperucita aceptó y comenzó la carrera. Antes de que Caperucita llegase a la casa de la abuelita, el lobo ya había llegado y había tomado el lugar de la abuelita. Al entrar Caperucita a la casa, vio a su abuela tumbada en la cama. Fue entonces cuando se acercó a abrazarla y le dijo:
Y en ese mismo instante, el lobo se abalanzó sobre ella diciendo “¡Es para comerte mejor!”. Y por mucho que Caperucita Roja intentó escapar, el lobo se encontraba cada vez más cerca.
Durante su huida gritaba con el objetivo que alguien la pudiese escuchar para que le ayudase, y así fue ya que por la zona había dos cazadores que se acercaron a ver qué pasaba y al ver lo que ocurría capturaron al lobo malvado.
Seguidamente Caperucita vio llegar a su abuelita y ahí se dio cuenta de que nunca más debía desobedecer a su madre. Pues las personas mayores cuentan con más experiencia y son más sabías. Y siempre nos dicen las cosas por nuestro bien.
Cuento infantil: Caperucita roja.
Autor: Charles Perrault.
Cuentos clásicos infantiles.
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