El niño y los clavos



Había una vez, un niño que tenía muy mal carácter. Un día, su padre, viendo que su hijo no iba por buen camino comportándose de esa manera, le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, clavase un clavo en la cerca del patio de la casa.

El pequeño aceptó el reto y el primer día clavó 37 clavos. Al día siguiente, clavó 25, el siguiente 20 y así el resto de los días, cada vez clavando menos clavos en la cerca. Con el paso del tiempo, el pequeño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter que tener que clavar los clavos en la cerca.

Finalmente, llegó el día en que el niño logró no perder la calma ni una sola vez y fue alegre a contárselo a su padre. ¡Había conseguido, finalmente, controlar su mal carácter! Su padre, muy contento y satisfecho, le sugirió entonces que, de ahora en adelante, por cada día que lograra controlar su carácter, sacase un clavo de la cerca.

Los días pasaron y, casi sin darse cuenta, el niño logró sacar todos los clavos de la cerca. Por lo que corrió contento a decírselo a su padre. Fue ahí cuando el padre llevó a su hijo de la mano hasta la cerca y le dijo:

"Has trabajado muy duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron. La cerca jamás volverá a ser la misma."

El mensaje que te quiero dar es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas una cicatriz, y se ven como estos agujeros en la cerca. No importa que después pidas perdón, la herida siempre estará allí. 

Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte."

El niño quedó sin palabras, y después de un rato de reflexionar el mensaje que le había dado su padre, comprendió que su comportamiento no estaba bien.

Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Desde ese día, el pequeñín no volvió a tratar a nadie con mal carácter ni a comportarse de manera grosera. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Cuento infantil: El niño y los clavos.
Autor: Cuento popular infantil.
Cuentos infantiles.

AHORA CUÉNTANOS...
¿QUÉ TE HA PARECIDO ÉSTE CUENTO?

Te invitamos a dejarnos un comentario, una recomendación o una sugerencia en la caja de comentarios que se encuentra aquí abajo.

Te dejamos también otros cuentos relacionados a éste que te pueden gustar.

¿Quieres recibir un correo cada que publiquemos un cuento nuevo?
Suscribete a cuentos cortos infantiles dando clic aquí.

Comentarios

Cuéntanos que te ha parecido éste cuento dejando un comentario