La Bella y la Bestia

Erase una vez, un rico mercader con 3 hijas. Las 2 mayores eran muy presumidas y para nada agraciadas en belleza, mientras que la hija menor a la que llamaron bella por su gran belleza era una chica de corazón puro, cuya bondad aclimataba hasta el corazón más despiadado.

Los negocios del mercader poco a poco empezaron a caer en picado, llegando un día a tal punto que tuvo que abandonar, junto con sus hijas, los lujos de los que estaban rodeados para irse a vivir a una pequeña casa.

Lo malo de haber estado acostumbrado a esta vida es que uno después no quiere volver a un nivel de vida más sencillo. Este era el caso de las 2 hijas mayores del mercader, que no solo querían seguir comprándose caros trajes, sino que encima no ayudaban a su padre a hacer las tareas de la casa, por el contrario, Bella era más sencilla y ayudaba a su padre en todo lo que podía.

Un día llego una carta al padre de Bella ofreciéndole un trabajo en una lejana ciudad, cosa que le alegro enormemente, por ello decidió que le ofrecería a bella la única que le ayudaba un hermoso regalo “¿Bella, que regalo quieres que te traiga cuando vuelva?”

Cuando bella iba a pedir su regalo sus hermanas le interrumpieron de una manera brusca para pedir así un regalo para ellas “Padre, nosotras queremos 2 hermosos vestidos”, después Bella dijo, “Por mi parte padre, me gustaría me trajeses la rosa más bella que encuentres en tu viaje”.

Una vez realizado el trabajo el mercader y volviendo a casa, se perdió en el bosque... a lo que decidió subirse al árbol más grande que viese para poder encontrar el camino de vuelta a casa. El camino de vuelta a casa no lo encontró, pero si un gran castillo al que decidió ir para pedir ayuda.

Cuando llegó al castillo entró directamente, pues sus puertas estaban abiertas, cenó y se aposento en la cama más suave del lugar, pero en ningún momento vio a nadie (cosa que le extrañó bastante).

A la mañana siguiente, tras levantarse y ver por la ventana, vio una hermosa rosa y recordó el deseo de su hija menor, por lo que se dispuso a cortarla. En ese momento apareció un monstruo gritándole “Desagradecido, te he dado comida y reposo, pero me lo pagas robando mis mejores rosas“.

La bestia amenazó al mercader, pero tras un largo tiempo de reflexión decidió ofrecerle un trato “Te perdono, pero solo a cambió de que me mandes a la primera persona que salga a recibirte al llegar a casa“. Ante esto el mercader decidió aceptar pensando en que al llegar a casa no mandaría a nadie pues realmente la bestia no conocía donde vivía y se salvaría de una sencilla manera.

Tras llegar a casa, le contó todo lo sucedido a Bella, quien fue la primera en salir a recibirlo. El mercader dijo que no debía de aceptarlo porque la bestia no sabía realmente donde vivía, pero la hija siendo tan pura de corazón decidió ir a el castillo a cumplir la promesa de su padre.

Conoció a la bestia e inmediatamente la rechazó, pero decidió respetar el trato y quedarse a vivir a su lado. Con el paso de los días se iría encariñando con él pues la trataba como una reina, como nadie nunca la trato... eso sí, cuando la bestia le hablaba de amor Bella huía de él.

Al tiempo avisaron a Bella que su padre estaba enfermo, con lo que pidió el favor a la bestia para que lo dejase ir a verlo. Ante esto la bestia le dejo ir, dándole además un anillo con poderes mágicos que le ayudaría a sanarlo. El padre con la sola presencia de su hija menor sanó, pero bella no regreso al castillo hasta pasados unos días que fue cuando realmente sintió que extrañaba a ese ser.

Al regresar al castillo descubrió que la bestia estaba muy triste por no estar con ella, y por ello, lo beso mientras le decía “Te amo”.

Desde ese momento a bella dejó de importarle la apariencia de su amor y aprendió a ser feliz con él. Al poco tiempo de estar juntos, anunciaron su boda y todos vivieron felices para siempre.