El fanático de los videojuegos



Había una vez... Un pequeño niño llamado Martín. Él era un niño normal, cómo cualquier otro, le gustaba ir a clase con los amigos, no sacaba malas notas y obedecía a sus padres. Pero tenía una afición que cada vez le quitaba más tiempo, era un fanático de los videojuegos.

Su obsesión por estar jugando videojuegos le afectaba cada vez más. Ya no iba con los amigos a jugar al parque, ya no prestaba atención en clase, estaba literalmente esperando cada hora de juego y nunca tenía suficiente, siempre quería dedicar más a sus videojuegos.

Los padres, preocupados por su estado, le prohibieron jugar videojuegos y los profesores de su colegio también le impedían jugar a videojuegos durante horas de clase.

Ante este castigo que Martín consideraba muy cruel, no tuvo más remedio que acostarse, no sin antes desear con todas sus fuerzas que la vida fuera más parecida a un videojuego, donde sabía que podría enfrentarse a cualquier problema y donde podría estar disfrutando todo el rato.

A medianoche, cuando la Luna Llena alumbraba todas las calles y la ciudad dormía, Martín se despertó oyendo un ruido parecido al de un videojuego, un ‘beep beep’ característico. Martín se levantó de la cama y descubrió que no estaba en su habitación, sino en el patio de su colegio.

Sus amigos, normalmente alegres y simpáticos, ahora estaban metidos en trajes espaciales y se le acercaban lentamente ¡Es como mi videojuego favorito Invasión Alienígena 7!, pensó Martín.

Martin se metió por arte de magia en un traje de héroe espacial y con una pistola de rayos láser paraba el avance de todos sus amigos que iban tras él. La partida comenzó siendo muy sencilla, con sólo unos pocos amigos como rivales. Poco a poco comenzaron a salir más personajes como los profesores, sus padres, sus abuelos, incluso su temible hermano mayor Marcos.

Martín veía cada vez más difícil vencer a tantos enemigos ante él y empezó a tener mucho miedo. Al fin y al cabo, que la vida real fuera un videojuego no le gustaba tanto como creía, echaba de menos a su papá y a su mamá y no quería estar enfrentado a sus amigos.

Justo cuando iban a cazarle todos los enemigos, Martín despertó. Todo había sido un terrible sueño, pero le había servido para entender que no todo en la vida debía ser jugar videojuegos.

Al día siguiente, quedó con sus amigos para jugar al parque y se divirtió más que nunca, porque prefería un millón de millones de veces jugar junto con sus amigos, que contra ellos en un videojuego real.

Cuento infantil: El fanático de los videojuegos.
Autor: Cuentos cortos para niños.
Cuentos infantiles.

AHORA CUÉNTANOS...
¿QUÉ TE HA PARECIDO ÉSTE CUENTO?

Te invitamos a dejarnos un comentario, una recomendación o una sugerencia en la caja de comentarios que se encuentra aquí abajo.

Te dejamos también otros cuentos relacionados a éste que te pueden gustar.

¿Quieres recibir un correo cada que publiquemos un cuento nuevo?
Suscribete a cuentos cortos infantiles dando clic aquí.

Comentarios

Cuéntanos que te ha parecido éste cuento dejando un comentario