La Cigarra y la Hormiga

Era verano y el bosque estaba lleno de animales que disfrutaban del sol abrasador. En este bosque vivía una cigarra que siempre estaba feliz, cantaba y bailaba sin parar durante todos los días del verano. Muy cerca de ella vivía una pequeña hormiga muy trabajadora que desde que amanecía hasta que anochecía pasaba recolectando granos de maíz para el largo y frío invierno.

Un día, la cigarra mientras tomaba el sol plácidamente vio a la hormiga que pasó junto a ella con una pesada carga y le preguntó:

– Hola hormiguita, ¿Qué haces que no disfrutas de estos días tan hermosos de sol?

– Hola Sra. Cigarra, tengo que recoger abundante comida para el largo invierno pues entonces estará todo nevado y no habrá nada que comer. Usted también debería hacer lo mismo en vez de sólo cantar y bailar... Respondió la pequeña hormiga.

A todo esto, la hormiga se marchó y continuó con su trabajo mientras que la cigarra ignoró por completo su consejo para bailar y cantar durante los días que restaban del verano.

El tiempo pasó, y el invierno llegó con él. Fue ahí cuando la cigarra comenzó a notar el frío en sus huesos, y entonces se acordó de aquella pequeña hormiga que bien le aconsejó y no quiso hacer caso. Y no le quedó de otra que ir a su casa a pedir ayuda:

– ¡Toc Toc! se escuchó la puerta. - La hormiga abrió la puerta y vio a la cigarra tiritando.

– ¡Hola amiga hormiga! ¿Podría usted darme cobijo en su casa para que no pase frío y también algo de alimentos para el invierno?

– Lo siento Sra. Cigarra..., dijo la hormiga e hizo una pequeña pausa. –Yo le avisé con tiempo que el invierno estaba por llegar y usted no quiso hacerme caso... Hubo un pequeño silencio y al final la hormiga se conmovió y le dijo a la cigarra: –Pase, sobre la mesa hay algo de comida y sobre la cama hay mantas para el frío.

Fue ahí cuando la cigarra comprendió que debe hacer caso a los consejos que de buena manera le dan y desde entonces las dos se convirtieron en muy buenas amigas y para los siguientes inviernos se prepararon juntas y no volvieron a pasar hambre ni frío.